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Museos
gourmet: arte y gastronomía en
Buenos Aires
Al igual que en otras ciudades
del mundo en la capital argentina se
puede disfrutar de un almuerzo de
primera calidad rodeado de las
mejores obras que se pueden ver en
el país; los ejemplos más relevantes
Croque Madame. Junto a la entrada
del Museo Nacional de Arte
Decorativo se encuentra esta
verdadera joya. A metros del
vertiginoso tránsito de la Avenida
del Libertador es posible encontrar
un reducto en el que aislarse en una
atmósfera francesa inigualable. Su
pan dorado en manteca con huevo
poche a la plancha, con jamón cocido
y queso gruyere, es el exquisito
plato que da lugar al nombre de este
café en el que el ambiente es más
protagonista que su no desdeñable,
aunque pequeña, carta. De hecho,
para sus comensales Croque Madame es
más popular que el propio museo.
Para disfrutar a cualquier hora del
día.
Av Libertador 1902 - 4806-8639
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Croque
Madame, del Museo Nacional de Arte
Decorativo
Casi como una callecita de París
es la parte de afuera de este restó.
Un patio empedrado, sombrillas por
aquí y por allá, plantas y fuentes
de mármol blanco. No es difícil
jugar un poco e imaginar que estás
fuera de Buenos Aires. Dentro, es
bien intimista: sobrio, con pocas
mesas, cuadros antiguos y un estilo
edilicio fiel a la arquitectura
francesa. Puro romanticismo.
Según cuenta la historia, el primer
Croque Madame fue servido en 1910,
en un café del Boulevard des
Capulines, en París. Es muy popular
en la gastronomía francesa (algo así
como nuestro tostado) y su nombre
viene de croque, que significa
"crujir". Se trata de un pan dorado
en manteca, con queso gruyère, jamón
cocido y huevo a la plancha. También
hay con langostinos, con pollo y
vegetariano (pan integral, queso
blanco, echalotes salteadas, rúcula,
tomate, zucchini y berenjenas
grilladas). Cuestan entre 28 y 34
pesos.
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Restaurante
Croque Madame (Museo de Arte
Decorativo)
Este rincón es simplemente una
maravilla. Ubicado en los jardines
del espectacular Museo de Arte
Decorativo, el restaurante tiene una
de las terrazas más preciosas de
Buenos Aires. Bajo centenarios
árboles y junto a una fuente, las
mesitas del Croque Madame son muy
solicitadas desde la hora del
desayuno hasta el anochecer. El
restaurante cuenta con dos salones
pequeñitos, también llenos de
encanto. En cuanto a la comida, está
muy bien, aunque lo que más
recordarás del lugar será su
ubicación y sabor.
Paraíso donde relajarse sea en
invierno como en verano, este rincón
porteño parece robado de París.
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A la sombra
del verano porteño
Con el acento puesto en los
sándwiches al mejor estilo francés,
Croque-Madame Café propone disfrutar
de buena comida bajo los árboles, al
pie del palacio Errázuriz
Un placer comer –y poder fumar– a la
sombra de árboles añosos, cerca de
una fuente rumorosa y un palacete,
el Errázuriz –hoy Museo de Arte
Decorativo– para una propuesta
simple y apetitosa, con una
especialidad tan entrañable como los
croque-monsieur, populares
sándwiches de los cafés de Francia,
creados (se dice) en 1910. En
Croque-Madame los preparan
fielmente, con finas rebanadas de
pan de miga untadas con manteca,
tajada de jamón cocido y de queso
gruyère, algunos con béchamel, otro
con un huevo incrustado en la miga
($ 14), grillados o tostados, y como
fantasía, los croques con pollo,
champignones y béchamel (18) y hasta
de camarones –pero con salsa golf–;
el vegetariano, de pan integral,
queso blanco y vegetales grillados
(14), en versión light. Salen con
hojas frescas, entrada completa o
con una ensalada plato único
informal. La encantadora casita del
Errázuriz tiene su planta baja y la
alta puestas a nuevo, desde los
pisos y la pintura hasta el aire
acondicionado; las mesas y las
sillas de hierro y mármol, el estilo
del museo. Lo reabrieron Pablo
Campos –con mucha experiencia en
McDonald’s– y su socia, Mercedes
Nougués –con "fábrica" de dulzuras
artesanales– al frente de un equipo
joven de cocina y del servicio
femenino. Otra receta revivida, el
vol-au-vent (16-18), de choclo,
pollo o espinacas y champignones,
con la clásica salsa béchamel, hoy
en desuso en las nuevas cocinas. Los
gnocchi de espinacas, bien caseros,
salen gratinados (19) con ella, o
más livianos con tomatitos y
albahaca (17). Habrá que probar los
fettuccine, la pizza y las tartas;
pescado y carnes, más para la noche.
Variedad de tortas para golosos (9).
Para el té, masas y locatelli; buen
café y tés ingleses. Vinos por copa
de buenas marcas (8 a 12).
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